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jueves, 2 de mayo de 2013

LA AUTOEVALUACIÓN: UNA RESPONSABILIDAD INTELECTUAL


Ésta es una invitación de estudiantes de Ciencia Política de la UN- sede Medellín, para estudiantes de Ciencia Política de la UN- sede Medellín.

“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”.
Mahatma Gandhi

No es nada raro escuchar comentarios de pasillo, de baño o de cafetería que apuntan a lo “aburridas” que son algunas clases, a lo “malos” que son algunos profesores, a lo “inaportantes” que son algunas materias, o incluso a lo “inconsecuente” de la estructura del pregrado. Aunque los rumores y comentarios sueltos no son tomados como formas válidas de comunicación, lo cierto es que pueden ser un indicador del estado de cosas de algunas situaciones particulares. Pero solo cuando estos comentarios se materializan en procesos serios y coordinados de reflexión, crítica y autocrítica, pueden, no solo representar una comunicación funcional, sino también factores de transformación y mejoramiento.


Es normal que los programas curriculares de todas las carreras sean evaluados por la misma universidad periódicamente, sin embargo, estos procesos de evaluación siguen estándares de calidad ligados a los requerimientos del Ministerio de Educación y de la misma Universidad para la acreditación. Pocas veces los procesos de autoevaluación buscan generar una real y profunda reflexión sobre el quehacer de los profesionales y sobre las condiciones mínimas y reales para una formación integral. Esta es una reflexión que debe surgir de muchas discusiones y que debe generar conciencia sobre el papel protagónico que cada persona tiene en su formación personal, pero también sobre la responsabilidad que las instituciones educativas tienen en esa formación.

La Universidad Nacional de Colombia – sede Medellín, por su naturaleza pública, y como parte del proyecto educativo de la nación, debe preocuparse por que la formación de sus profesionales obedezca a las necesidades de la sociedad a la cual se deben. En este sentido, aunque esa responsabilidad debe recaer en todos los profesionales, quienes pertenecemos a las áreas de las ciencias sociales y humanas tenemos un reto particular, pues nuestro compromiso con la sociedad ya no es sólo el ciudadano, sino un compromiso intelectual, teniéndola con todas sus complejidades y especificidades no solo como campo de acción sino también como objeto de estudio.

Creemos que es hora de comenzar un proceso en el que nos podamos responder cuál es el papel que estamos jugando frente a nuestra sociedad como estudiantes universitarios. Somos politólogos en formación, pero ¿Qué significa eso? Ante un ambiente político tan convulsionado, ante dinámicas tan complejas como las de nuestra sociedad y ante problemas tan arraigados en nuestra historia, y en una región tan problemática y tan interesante como la nuestra, los politólogos debemos jugar un papel fundamental. De entrada, ésta puede representar solo una visión del deber ser de la profesión, pero precisamente es allí donde es importante que existan nuevas visiones, porque las preguntas que nos debemos plantear deben ser discutidas en conjunto, así cada quien llegue a una respuesta distinta.

La autocrítica y la autoevaluación no deben obedecer, bajo ninguna circunstancia, a los intereses ni a las visiones particulares de ningún grupo. Somos conscientes de que la naturaleza de nuestra profesión nos puede llevar a mantenernos politizados, a tener posturas ideológicas, a desconfiar políticamente de los demás. Somos también conscientes de la existencia de grupos estudiantiles que están inmersos en éstas dinámicas y que por tanto generan pugnas por el poder. Sin embargo, debemos llamar la atención sobre la importancia de que el ejercicio académico de autoevaluación esté lo más alejado posible de éstos fenómenos.

Un proceso de autoevaluación que parte de la responsabilidad intelectual de los estudiantes y de la universidad no debe tener ningún poder en pugna. La mejor forma de garantizar que éste no sea cooptado por ningún interés particular, o que por lo menos no se vea atado a una sola visión de los problemas, es garantizando la pluralidad de voces, posturas e intereses. Todos no pertenecemos a grupos estudiantiles, todos no pensamos lo mismo sobre nuestra carrera, todos no propondríamos lo mismo, pero sí tenemos todos el deber de plantear nuestra posición, de aportar desde nuestra experiencia y conocimiento, y sobre todo, de garantizar que el resultado de los procesos de autoevaluación obedezca a los intereses de la Universidad y de la sociedad, y no a intereses privados.

Si en las universidades privadas la preocupación por la calidad está dada por el dinero de quienes pagan por estudiar, (es decir, por intereses privados), entonces en las universidades públicas la preocupación por la calidad debe estar atravesada por la inversión del dinero público, y por tanto, debe ser una preocupación mayor en frecuencia y en intensidad. Es nuestra responsabilidad mínima con lo público.

Los invitamos a que nos hagamos todos responsables de pensar nuestro pregrado. Si nos declaramos reacios o incapaces de pensar nuestra educación, ¿Qué esperar cuando nuestra responsabilidad sea pensar y generar transformación para una región o un país? Quienes van adelante pueden mostrarse desinteresados porque con los cambios ellos sufren las consecuencias pero no disfrutan las mejorías, pero son ellos quienes tienen una visión más amplia de lo que es y lo que no es la carrera. Quienes apenas empiezan aún no tienen muy clara la estructura de la carrera, pero están cargados de expectativas y ante cualquier cambio serían los más beneficiados. Por eso, la responsabilidad es de todos, más allá de la situación de cada uno. Es una responsabilidad intelectual con la profesión que hemos decidido ejercer, y con un país que cada vez necesita más de humanistas bien formados.

¿Está interesado en discutirlo, encontrar problemas y proponer soluciones? Si la respuesta es negativa, siga su camino con comodidad, pero si la respuesta es afirmativa, lo invitamos a apropiarse de los espacios que se abren para esto.

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